Dactiloscopia penitenciaria V
Introducción a la formulación
Creado por Andrés Díaz Gómez bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0 Registrado en RGPI

► La correcta identificación dactilar de un individuo exige sistematizar y clasificar los dactilogramas correspondientes al mismo, para lo cual se han utilizado tradicionalmente una serie ordenada de letras y números que representan las variaciones fundamentales, según el método empleado. De tal forma, se denomina «formulación dactiloscópica» a la expresión simbólica, mediante letras y números, que representa cada tipo de dactilograma de cada uno de los diez dedos de las manos de una persona.
Téngase en cuenta que la teoría de la formulación dactiloscópica proviene de una época en la que los sistemas informáticos no se encontraban lo suficientemente desarrollados, por lo que no era posible el análisis y comparación mecánico de los dactilogramas. Hoy en día, el Sistema de Identificación Automatizado (SIA) permite prescindir de los métodos «manuales» de formulación dactiloscópica.
Esta representación por medio de signos, que permite plasmar de forma eficiente cada tipo de dactilograma, se asienta en las siguientes reglas:
- La fórmula consta de diez elementos, correspondiendo cada uno de ellos a un dactilograma y un dedo de las dos manos, empezando por la derecha.
[A 1 2 3 4 - A 1 2 3 4]
- Para establecer la fórmula, es necesario clasificar cada dactilograma, según lo visto anteriormente, de acuerdo con su tipología o clase, distinguiendo según sea adelto, dextrodelto, sinistrodelto o bidelto.
- Los dedos pulgares se formulan con una letra (A, D, S o V), según la clasificación de dactilogramas de OLÓRIZ AGUILERA. Sin embargo, el resto de dedos (mano derecha y mano izquierda) se formulan con un número (1, 2, 3 o 4).

- El orden de formulación se hace siguiendo la disposición natural de los dedos, comenzando por el pulgar de la mano derecha y continuando por el índice, medio, anular y meñique (o auricular) de la misma mano; después se sigue igual con la mano izquierda.
- Tratándose de dactilogramas ambiguos o de tipos de transición (que no se enmarcan claramente en alguna de las categorías anteriores), la clasificación será según el tipo por el que más se incline el dactiloscopista, estableciendo el número correspondiente al tipo dudoso como superíndice.
- Si las impresiones aparecen borrosas o no pueden obtenerse por diversos motivos (heridas o dedos vendados, por ejemplo), se reemplaza la letra o el número por una «X».
- En caso de falta de impresión por desaparición del dedo o de su falange se consigna un cero: «0».
Veamos a continuación dos ejemplos de fórmulas decadactilares, con su significación:


► En ocasiones, la fórmula no basta para una correcta clasificación de los dactilogramas; en estos casos, es necesario acudir a la subfórmula. La «subformulación» permite subclasificar las fórmulas en atención a las variedades de dactilogramas que se pueden encontrar. Para ello se emplean letras (mayúsculas y minúsculas) y números en forma de fracción, con su numerador y denominador.
Como en el caso de la formulación, es necesario seguir ciertas reglas que se enumeran resumidamente:
- En el caso de los adeltos, no es necesario hacer subfórmula cuando son puros o arciformes, pero sí cuando son piniformes o pseudodeltos, escribiendo una «p» minúscula debajo de la letra que representa el tipo en los pulgares o el número en los demás dedos. En Instituciones Penitenciarias no se subformulan.
- La subformulación de dactilogramas monodeltos (dextrodeltos o sinistrodeltos) se realiza mediante el «método de Galton» o de «conteo de crestas». Es decir, se cuenta el número de crestas papilares comprendidas entre los puntos déltico y central del núcleo. El número de crestas oscila entre 1 y 35. Cuando no se pueden contar bien todas las crestas, se pone el número aproximado y un signo de interrogación («?») como superíndice. Cuando resulta imposible realizar la cuenta exacta de las crestas, se incluye el número de crestas efectivamente contadas acompañadas del signo más («+») como superíndice, indicando que existen otras.
- Tratándose de dactilogramas bideltos, se utiliza el «método de Galton-Henry», consistente en determinar la situación topográfica de los deltas, utilizándose letras minúsculas para los denominadores: «i» en caso de interno o intradelto, «m» si es medio o mesodelto y «e» si es externo o extradelto.
- En los dactilogramas trideltos, tetradeltos, etc., se omite el delta central o los deltas inferiores y se establece la subfórmula según la posición que ocupen los exteriores, siguiendo las normas para los dactilogramas bideltos.
Veamos a continuación cómo se representa la subfórmula en un ejemplo, con explicación de su significado:

En el ejemplo anterior, se expresa que: 1) el pulgar derecho es adelto y no se ha subformulado, 2) el índice derecho también es adelto sin subformular, 3) el medio derecho es dextrodelto y se han encontrado doce crestas papilares aproximadamente entre el punto déltico y central, 4) el anular derecho es sinistrodelto y cuenta con seis crestas déltico-centrales, 5) el meñique derecho es bidelto interno o intradelto, 6) el pulgar izquierdo es sinistrodelto y cuenta con cinco crestas déltico-centrales, 7) el índice izquierdo es dextrodelto con siete crestas déltico-centrales, 8) el medio izquierdo es dextrodelto con quince crestas déltico-centrales, aunque la cuenta está incompleta por haberse contado solamente las que podían verse, 9) el anular de izquierdo es bidelto medio o mesodelto y, 10) el meñique izquierdo es adelto y no se ha subformulado.