Dactiloscopia penitenciaria IV
Obtención tradicional de dactilogramas
Creado por Andrés Díaz Gómez bajo licencia CC BY-NC-ND 4.0 Registrado en RGPI

► En los centros penitenciarios existe un gabinete u Oficina de Identificación, ubicado en el «Departamento de Ingresos», que cuenta con el material dactiloscópico necesario para el cumplimiento de sus funciones. Hoy en día, la obtención de dactilogramas es relativamente sencilla, debido a la utilización de las nuevas tecnologías disponibles, como ordenadores y lectores o escáneres de huellas dactilares, que automatizan la obtención de las huellas y su posterior clasificación y conservación. Sin embargo, en el pasado eran necesarios un conjunto de herramientas y utensilios, indispensables para obtener correctamente las impresiones digitales. A pesar de no emplearse en la actualidad en el medio penitenciario, estos útiles han de estar en condiciones de poder ser utilizados en los casos de posibles averías producidas por fenómenos climatológicos o averías generales del Sistema de Identificación Automatizada (SIA).
Algunos de los materiales más utilizados tradicionalmente en las operaciones de identificación dactiloscópica son:
- Plancha. Pieza plana de poco grosor, generalmente de metal, donde se deposita la tinta que se va a utilizar para impregnar las yemas de los dedos del individuo a identificar.
- Tinta tipográfica. Líquido de color negro que se pone en contacto con las yemas de los dedos.
- Tintero. Recipiente en el que se encuentra la tinta que se utiliza con la plancha.
- Rodillo. Cilindro que se hace rodar sobre la plancha para extender la tinta.
- Lupa. Lente de aumento que sirve para examinar con detalle los dactilogramas.
- Tarjeta dactiloscópica. Pieza de cartulina blanca con casilleros o recuadros para imprimir los dactilogramas de ambas manos, con espacio para reflejar la fórmula dactiloscópica. En el reverso se incluyen particularidades o rasgos antropométricos del individuo que sirvan a su identificación.
- Fichero. Mueble donde se pueden guardar ordenadamente las fichas o tarjetas, facilitando su localización.

► La forma de obtener los dactilogramas varía en función de la técnica empleada y del sujeto en cuestión; no es lo mismo hacerlo con personas con vida que con cadáveres, como tampoco es lo mismo revelar huellas latentes dejadas sobre superficies lisas sin entintar.
En cuanto a la forma de utilizar las herramientas y utensilios antes mencionados para la obtención de dactilogramas de las personas privadas de libertad, se muestran algunos consejos, de acuerdo con el manual de la Escuela de Estudios Penitenciarios sobre identificación dactiloscópica:
- Preparación del material a utilizar. El material debe estar limpio y cuidado, evitando la acumulación de tinta seca o de suciedad. Para ello debe efectuarse un mantenimiento periódico de todos los utensilios.
- Entintado de la plancha. Se deposita en el centro de la plancha una pequeña cantidad de tinta, que se extiende con el rodillo de forma uniforme. Resulta conveniente efectuar una prueba de impresión, colocando el propio dedo sobre la tinta y luego este sobre el papel, puesto que si se deposita demasiada tinta, el dactilograma quedará borroso y saturado, mientras que si se deposita poca, será claro y pálido.
- Preparación de la persona a reseñar. Han de examinarse los dedos de la persona de la que se van a obtener los dactilogramas artificiales, eliminando la suciedad, humedad y sudor para facilitar el correcto entintado. También deben examinarse las posibles lesiones, deformidades u otras circunstancias que van a afectar a la operación.
- Orden de los dedos. La impresión comienza por el pulgar de la mano derecha y sigue en orden los dedos restantes de esa mano; después se continúa, en igual orden, con los dedos de la mano izquierda.
- Entintado de los dedos e impresión en el papel. En este orden, se coge cada dedo entre los pulgares e índices del dactiloscopista, a fin de que no se muevan y puedan ser rodados con facilidad. A continuación, se lleva a la plancha ya entintada y se rueda realizando una ligera presión, para que se impregne de tinta. Después, sin soltarlo, se trasporta a la tarjeta o papel donde va a ser impreso, rodándolo sin apretar de un extremo a otro, para que se plasme todo el dibujo, siempre sin retroceder.
- Revisión. Una vez terminada la impresión de todos los dedos, se debe revisar con detalle para comprobar si se han producido errores (impresiones borrosas o incompletas o alteración del orden de los dedos) y, en su caso, realizar nuevas impresiones.